vie 04/05/2007 12:22 04052007470 Ayer por la noche volví de Pamplona a casa y, como siempre, algo me dejé.
Me puse a buscar el cepillo de dientes antes de irme a la cama y me lo había dejado.
Así que me puse a mendigar un cepillo entre la family, hasta que mi padre me dijo que tenía uno.
Cuando fui a usarlo me di cuenta que, o bien era el cepillo del betún, o bien esos que usan los veterinarios para los hipopotamos en el zoo...
Al metermelo en la boca la sensación era como haberle puesto la pasta de dientes a la escoba de la cocina, pero al menos me pude limpiar los dientes... :)
Pongo una foto del susodicho artilugio...
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2 comentarios:
Cuando el anónimo que escribe este comentario, tenía que viajar con frecuencia a las ciudades Madrid y Barcelona; en la maleta, siempre preparada, tenía un neceser con las cosas duplicadas de aseo personal, así como dos mudas, pañuelos, una camisa, etc... Esto me permitía salir de estampida sin casi tener que perder tiempo en hacer el equipaje. ¿Por qué no lo pone en práctica usted? Un saludo.
Yo le diría al autor del blog que cuando uno se olvida del cepillo de dientes, lo mejor es, si se tiene, comerse a mordiscos una manzana y luego juagarse la boca. Suficiente para una noche.
Saludos
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